Es importante antes de entrar en materia, complementar lo visto en el blog “¿por qué es importante el cuidado de la piel?”. Sí no lo has leído no te preocupes puedes efectuar la lectura de este, pero es un gran agregado si lo quieres consultar.
Ahora sí, datos claves y rápidos sobre la estructura de la piel. La piel está compuesta por dos secciones:
- Epidermis (superior)
- Dermis (inferior)
Ambas se encuentran sobre una capa de grasa y tejido que dan soporte a la piel.
La epidermis al ser la sección externa y tener como función principal la de barrera, está compuesta por cuatro (4) tipos de células:
- Queratinocitos
- Melanocitos
- De Langerhans
- De Merkel
En conjunto son las responsables de la protección física de la piel, su impermeabilización, color(que contribuye a la protección de la luz ultravioleta), luchar contra los microbios y nos dan el sentido del tacto.
Si te gustaría conocer más de cada una de ellas, déjanoslo saber en los comentarios.
La Dermis, como sección interna también se divide en dos, pero consideramos que lo más importante por ahora de conocer, es que en conjunto es una sección rica en terminaciones nerviosas, colágeno, elastina y ácido hialurónico
Con estos datos de partida, les contaremos (aunque sabemos que es una realidad dura) que a medida que crecemos (por no decir envejecemos), nuestra piel se debilita, la barrera protectora pierde eficacia, es menos eficiente la regulación de la temperatura, la producción de colágeno y elastina disminuyen, entre otros.
Las situaciones mencionadas anteriormente, se derivan de factores internos y externos. En cuanto a los internos, como lo son los temas genéticos, alteraciones hormonales y otros son muy difíciles de controlar, salvo los derivados de la alimentación, en cuyo caso, es nuestro deber desde el autocuidado brindar los elementos esenciales desde nuestra base dietaría. En cuanto a los factores externos, los rayos UVA y UVB de la luz solar, inciden y no de forma positiva en la salud de nuestra piel y en del proceso de envejecimiento de la misma, por lo cual, es clave protegernos del sol.
Desde este enfoque, ¿cómo nos afectan los rayos UVA y UVB? Bueno, pues para el primer caso, los rayos UVA tienen una longitud de onda mayor y por tanto, logran alcanzar las capas inferiores de la piel, también son causantes de la generación de radicales libres, los cuales, son nocivos para nuestras células cutáneas (que son las cuatro -4- que señalamos para la epidermis), así como es responsable de activar enzimas como las metaloproteinas que afecta en la producción de nuevo colágeno por ejemplo.
Como si lo anterior, no fuera poco (se le nota toda la energía del sol que tiene, porque no se agota), los rayos UVA pueden generar la acumulación de la proteína conocida como Progerina, que afecta la capacidad de regeneración de las células cutáneas y por tanto, incide en la eficiencia de la piel para protegernos.
De otro lado, los ratos UVB, son de onda de longitud más corta, pero no quiere decir que su impacto sea menor, dado que causan quemaduras y oscurecimiento de la piel, así como melanoma y otros tipos de cáncer de piel, lo que no es una situación menor.
Es por esto, que se considera como “mantra” que “prevenir es mejor que lamentar”, es decir, es mejor prevenir los daños, dado que esto suele ser más rentable que intentar reversar los efectos e impactos causados sobre la piel, de allí la importancia de hacer uso diario de un buen protector solar.
Por lo anterior, un bloqueador solar que cuente con pantallas minerales que reflejen los rayos solares, en perfecta sinergia con ingredientes naturales como el aloe vera que es una planta que nos protege de los rayos UV por la condiciones en que se encuentra cultivada y extractos de manzanilla y caléndula que son los mejores para proteger y calmar la piel, que en conjunto son ideales para la protección de nuestra piel. Puedes encontrar nuestro protector solar en nuestra tienda WEB, nuestros puntos físicos y nuestros distribuidores autorizados
